viernes, 28 de agosto de 2009

LA MAGIA DE LOS LIBROS. ESCRIBE ENRIQUE SYMNS QUIEN SE DECLARA QUE FUE UN LECTOR ADICTO Y OBSESIVO

LAS DROGAS MÁS PODEROSAS QUE HE CONSUMIDO, LAS SUSTANCIAS PSICODÉLICAS MÁS TRANSFORMADORAS, FUERON ALGUNOS LIBROS QUE HE LEÍDO.



Las drogas más poderosas que he consumido en mi vida, las sustancias psicodélicas más transformadoras, fueron ciertamente algunos libros que he leído.

Cuando tenía 16 años, por ejemplo, las novelas de Leopoldo Marechal (Adán Buenosayres, Megafón o la guerra y El banquete de Severo Arcángelo) se transformaron en faros cuya luz atravesaban las penumbras de la miserable vida cotidiana, las rutinas embrutecedoras que agobiaban mi existencia, para iluminar la vida legendaria que desde niño había añorado como si ya la hubiera experimentado.

Tal fue mi pasión por Marechal que, con la excusa de un falso reportaje para una revista colegial, fui a tocarle el timbre. Leopoldo fue un anfitrión encantador y paciente que nunca expresó el abur
rimiento que le produjo mi acechanza. En aquellos años, tanto su escritura como la de Roberto Arlt me transportaban a un territorio legendario, una región imaginaria que desbarataba los límites convencionales de la argentinidad. Ellos recorrían en sus narraciones los senderos laberínticos de una promesa existencial que yo también me había hecho.

En mi juventud fui un lector adicto y obsesivo. Leía todo aquello que estaba señalado en el mapa de las lecturas que habían diseñado los expertos. Descubrí tarde que así como el mapa no es el territorio, ni el menú es la comida, la literatura no son los libros. La auténtica droga, la magia transformadora, estaba oculta en la sustancia de algunos libros extraordinarios que se disfrazaban de libros. Crimen y castigo no era una novela que sucedía en Rusia y las vicisitudes de aquel asesinato nos identificaban con el homicida. Raskolnikov era un tipo como nosotros y su crimen era una invitación desesperada a comprender que la ley no existía, que todo estaba permitido, que vivíamos en un mundo salvaje y despiadado donde el primer pez que tuvo hambre se convirtió en asesino.

Los poetas malditos (Baudelaire, Rimbaud, Lautréamont, Artaud) azuzaban el fuego que ya quemaba tu alma. Ellos eran una patada en el culo a todas las promesas de la vida normal, a la dicha del amor y a las normas de la decencia.

William Burroughs, quien durante muchos años se resistió a convertirse en esc
ritor, asegura que fue la magia de Hemingway la que lo empujó a la escritura. “No sé si su relato París era una fiesta estaba siquiera bien escrito, lo importante es que la gente comenzó a comportarse como sus personajes, a vestirse como ellos. Eso no es literatura, eso es magia y es lo mío, me dije.”

A principios de la década del 70 llegó a mis manos uno de esos libros inolvidables que afectaron mi rumbo existencial tanto o más que cualquiera de los estímulos e influencias reales que me rodeaban. Fue Primavera negra, de Henry Miller. Ese libro me ayudó a comprender que eran inútiles los esfuerzos que yo estaba haciendo por convertirme en el idiota que los seres queridos me insistían que fuera. Fue como sacarme un traje gris y pesado que era yo mismo. Henry Miller me hizo dar cuenta de que yo era lo que no sabía que podía ser.

El poeta Néstor Perlongher, en la década del 80, dijo en una entrevista: “Piensan los alemanes, hacen rock los ingleses y narran los yanquis”. No se equivocaba: toda la narrativa del siglo pasado estuvo atravesada por los escritores sajones. Truman Capote y Norman Mailer dieron nacimiento a la narrativa periodística o documental aunque desde mi punto de vista la figura más influyente de ese género fue Ernest Hemingway, un escritor que dejó estampado un sello de heroicidad y bravura alrededor de su figura.

En el camino, de Jack Kerouac, fue un manual de instrucciones de cómo escaparse de la vida ordinaria y su lectura arrastró a una gran cantidad de miembros de mi generación a sacarse la corbata de estudiante universitario para salir a vagabundear como linyeras por las calles del mundo.

La melancolía etílica de Malcolm Lowry, la mirada vulgar y certera de Bukowski sobre los pequeños y miserables actos en que consisten las vidas, las demoledoras visiones casi cinematográficas de Raymond Carver sobre la sordidez que se esconde tras los modales de la convivencia, la mágica inventiva que surge en El palacio de la luna, de Paul Auster, o en Rock Springs, de Richard Ford. Esos escritores eran amigos invisibles y distantes que yo amaba como si los conociera.

En Latinoamérica, bajo la publicitada etiqueta del realismo mágico, la literatura se sumergió en el buceo obsesivo de un pasado mítico, en una reivindicación ideológica de los fantasmas de lo extinto. En nuestro país todos los relatos de las últimas dos décadas estuvieron signados por la presencia más o menos visible de las dictaduras militares, de la tragedia de los desaparecidos y de las distintas vicisitudes de la epopeya del peronismo. Esa narrativa nos propuso la asunción de una culpa, la conciencia de un fracaso, convirtiéndonos en prisioneros de la historia. Yo creo que el artista debe oponerse a la legitimidad de la historia. Mientras que las verdades que surgen del pasado nos sujetan y determinan, las que vienen del futuro nos liberan y nos exponen a las tormentas del extravío.

Por Enrique Symns
Fuente: Critica

jueves, 27 de agosto de 2009

Balada para un loco (canción ilustrada)



Vídeo de la canción Balada para un loco, ilustrada por Josean Morlesín Mellado e interpretada por Marina Cedro y Ricardo Urrutia. Autores de la canción: Horacio Ferrer y Astor Piazzolla

Libertango/ A. Piazzolla

Muere lentamente, Pablo Neruda

Muere lentamente quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música
quien no encuentra gracia en sí mismo

Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.

Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito
repitiendo todos los días los mismos
trayectos,

quien no cambia de marca,
no se atreve a cambiar el color de su vestimenta
o bien no conversa con quien no conoce.

Muere lentamente
quien evita una pasión y su remolino de
emociones,

justamente éstas que regresanel brillo a los ojos
y restauran los corazones destrozados.

Muere lentamente
quien no gira el volante cuando está infeliz con
su trabajo, o su amor,
quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir
atrás de un sueño
quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida,
huir de los consejos sensatos......

¡ Vive hoy !

¡ Arriesga hoy !

¡Hazlo hoy !

¡ No te dejes morir lentamente !

¡ No te impidas ser feliz !

Pablo Neruda. Escritor chileno (1904-1973) Premio Nobel de Literatura (1971)

domingo, 16 de agosto de 2009

Proyecciones de Wayruro en Culturarte


En el marco del ciclo gratuito "Miradas sobre Jujuy y Salta” que se desarrolla todos los martes en el Centro Cultural y Museo “Culturarte”, el martes 18 de agosto a las 19 horas el público jujeño podrá disfrutar de la proyección los films de Wayruro Comunicación Popular: “Peluquería Chañi” (2007), “Máximo Bandoneón” (2008) y “Organizaciones Comunitarias de Base” (2003), trabajos premiados que recorrieron distintos muestras, festivales y pantallas, tanto nacionales como internacionales.

Esta propuesta, realizada por el especialista Radek Sánchez Patzy, intenta mostrar al publico local una selección de lo mejor del cine regional, brindando una breve reseña, posteriormente un análisis para dar paso a la charla debate sobre el film con la presencia de los realizadores Adrián Ogando, Fatima Genovese, Paula Kuschnir y Ariel Ogando.

Es de destacar que este año 2009, Wayruro cumplió 15 años de trabajo ininterrumpido en comunicación popular, investigación y desarrollo en todo el noroeste argentino por lo que se encuentra realizando muestras y proyecciones de los trabajos del grupo en distintas muestras y festivales de Argentina, ya lo hizo en el Festival Internacional de Cine de Gualeguaychu en Entre Ríos, también en la provincia de Tucumán, y próximamente lo hará en la muestra de Cine Social de la provincia de La Rioja y luego en la muestra de “Cine Indígena” en el Chaco.

Como colectivo de trabajo independiente, desarrolla tareas de producción, capacitación y fomento en el área de comunicación popular buscando aportar al pensamiento crítico a partir del desarrollo de productos de comunicación, gráficos, radiales y televisivos. En el área de capacitación viene realizando en estos últimos años un fortalecimiento de equipos de comunicación a mas de medio centenar de organizaciones sociales de la provincia.

Con un nutrida producción audiovisual de mas de 50 trabajos documentales presentados en distintos rincones del mundo, Wayruro mostrara, este próximo martes en Culturarte, trabajos audiovisuales que recogen sentidos personajes, trabajadores de la cultura como “los hermanos Chañi” y el recientemente fallecido bandoneonísta Maximo Puma en “Máximo Bandoneón”, junto al video sobre el trabajo barrial de comedores populares “Organizaciones comunitarias de base”.


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CONTALO VOS-JUJUY
Wayruro Comunicación Popular
http://wayruro.blogspot.com/