viernes, 9 de octubre de 2009

Micros de Roxana Patagua.


Micros de Roxana Patagua

Acaricio los extractos inconfundibles de una locura que me toma entre sus brazos descarnándome.

Me deslumbro ante la inconcebible descripción superficial de lo no existente.

Confirmo esta noche el deceso de la tragedia alterna de los seres humanos mezclados en la referencia escueta de una inconclusa realidad.

Me reflejo en la locura de mis días.

Hoy me atreví a intentar realizar bocetos aproximados de mi realidad pero la tinta se escurrió entre las hojas dejando solo manchas sin sentido.

Observación clandestina de un deseo reprimido asedia la realidad del hereje.

Descubro locura volviendo a la rutina de una realidad ajena a la cual me someto.

Me extravio en un mirada ajena a la cual quiero pertenecer.

Hoy irradia todo pero lo miro desde la vereda del frente.

Alcanzo a desmenuzar la tragedia de sentimientos confusos y me hallo huérfano frente a ellos.

Me desnudo entre las sombras de mi locura, germen de esta realidad indescifrable para su propio creador.

Concreto con mis pensamientos la realidad tangible de lo imposible sin un destello de rapsodia fantástica.

¿Quién descubre al extraño que hay en mí?

Desenvaino el alma para mostrarme tal cual soy.

Me despierto a lo que conozco, a lo tangible de mis sentidos y solo encuentro vacío.

No hallo otra forma de expresar mi dolor, más que matando al que me mira extraño al frente mío, y que dice ser yo.

Extraño a los que no me conocen.

Extraño a los ausentes de las noches irreconciliables de mi realidad.

Extraño al moribundo que yace dormido entre los vidrios rotos de su dolor.

Ya no hay luces naturales sobre la ciudad y empieza a desbordar el frenesí de los extraños buscadores de una realidad alterna.

Hoy estoy haciendo un trato con mi locura.

Si la alcanzo que se aleje un poco más

No quiero que sufra por mi culpa

Si la dejo es para que me deje.

Ayer encontré unas sombras conocidas.

Hoy descubro los tiempos de lo que no fue.

La incertidumbre me abandonó y ya sé la verdad.

Aprendí a escuchar los silencios de mis voces.

Aprendí a escuchar el silencio de mi locura.

Alcancé a los extraños que me acechaban.

Alcanzo el infinito vistiéndome de noche.

No quedaron noches en que no busqué a los ausentes que ni recuerdo simplemente iba tras algo que ya no existe.

Este tiempo acabó.

Hoy recuerdo tu rostro y las lágrimas me alcanzan.

Me desangro en las noches pensando en imágenes que dejaron de ser.

Hoy supe que morí.

Me alegra no saber de mí.

Me enredan los recuerdos de mis pensamientos.

Alguna vez perdonaré al extraño que hay en mí.

Ficciones remotas llegan a mí.

Alcanzo las sombras debajo de tus ojos y hallo la verdad de tu alma desnuda ante mí.

Tenue palidez resplandece en la naciente sonrisa que alcanza la mansedumbre de mi cotidianidad.

Lucho por encontrarte pero te escondes cada vez más inmersa en tu realidad.

Sueño alcanzarte y te escapas por la puerta de atrás.

Me escapo de mi pasado para alcanzar una nueva ilusión a través de aquella figura que no advierte que estoy.

Se escapan por la ventana aquellas miradas inquisidoras presas de la desilusión de una realidad construida para mí, sin estar yo presente.

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