En la vida me cruce con muchas personas las cuales me dejaron enseñanzas, solo hay que estar atentos, adquirir el arte del buen hablar y el buen escuchar.
En una charla almorzando con BUBY un querido amigo, menciono los horizontes culturales, lo escueto que a veces estamos de estos, la pobreza espiritual e intelectual para poder interactuar de una manera idónea con nuestra realidad, de una manera inteligente, con inteligente me refiero no al amplio saber si no al uso que hacemos del mismo lidiando así con nuestra vida cotidiana.
Observo y aprendo de las personas, como les cuesta tanto vivir plenamente, al margen de que todos tenemos problemas que son propios de la vida misma y de los cuales si tenemos un poco de visión adquirimos sabiduría y lucidez para solucionar problemas futuros.
Algunas personas solo existen, no viven, parecería ser que cada amanecer significaría levantarse renegando de su vida y lo más grave de esto es que no hacen nada para modificar la misma repitiendo una y otra vez un patrón de conducta que se cristaliza con el tiempo, transformándose en una cadena de nunca acabar, olvidándose de quienes son, que quieren de la vida y que hacen para adquirirlo. Como decía un querido amigo “…TIENEN UN PROBLEMA PARA CADA SOLUCION…”
Trabajo en la Comisión de Derechos Humanos, veo a tanta gente con problemas reales, la endereza que tienen por solucionarl
os que me deja atónito, gente humilde que la pelea desde abajo, un ejemplo de vida, de predicar con el ejemplo.
Creo que hay dos tipos de personas las que solo se preocupan no haciendo nada mas con sus problemas y las que se ocupan de los mismos, con un horizonte cultural más amplio, mas real, no viven de rodillas si no de pie, intentan vivir la vida con plenitud, creciendo a diario y disfrutando de la simpleza que nos regala día a día.
Me dirán, no todos somos iguales y los sé, las realidades son distintas, cada ser humano es una isla, un mundo, pero el cambio comienza en uno, no caer en el conformismo y solo quejarnos, la diferencia la hacemos nosotros comenzando en nuestro fuero interno, abriendo nuestras mentes, dejando de ser egoístas…
Me quedo sorprendido de cómo la vida a diario nos da lecciones, pero algunos parecen cegados, anestesiados, por más que uno los hable, los intente despertar, están inmaduros emocional e intelectualmente.
Espero que este escrito sea una pequeña reflexión y sirva para alguien para esos personajes subterráneos, para correr en cierto modo el velo de este teatro que es la vida. Ampliando nuestros horizontes culturales, replanteándonos qué clase de vida queremos y que esa elección depende de nosotros, comienza como un pensamiento que se materializa en nuestra existencia., marcando así la diferencia, haciendo la diferencia…
La vida a veces es dura, ahí radica la diferencia, la sabiduría e inteligencia de cómo interactuamos con la misma…
En una charla almorzando con BUBY un querido amigo, menciono los horizontes culturales, lo escueto que a veces estamos de estos, la pobreza espiritual e intelectual para poder interactuar de una manera idónea con nuestra realidad, de una manera inteligente, con inteligente me refiero no al amplio saber si no al uso que hacemos del mismo lidiando así con nuestra vida cotidiana.
Observo y aprendo de las personas, como les cuesta tanto vivir plenamente, al margen de que todos tenemos problemas que son propios de la vida misma y de los cuales si tenemos un poco de visión adquirimos sabiduría y lucidez para solucionar problemas futuros.
Algunas personas solo existen, no viven, parecería ser que cada amanecer significaría levantarse renegando de su vida y lo más grave de esto es que no hacen nada para modificar la misma repitiendo una y otra vez un patrón de conducta que se cristaliza con el tiempo, transformándose en una cadena de nunca acabar, olvidándose de quienes son, que quieren de la vida y que hacen para adquirirlo. Como decía un querido amigo “…TIENEN UN PROBLEMA PARA CADA SOLUCION…”
Trabajo en la Comisión de Derechos Humanos, veo a tanta gente con problemas reales, la endereza que tienen por solucionarl
os que me deja atónito, gente humilde que la pelea desde abajo, un ejemplo de vida, de predicar con el ejemplo.Creo que hay dos tipos de personas las que solo se preocupan no haciendo nada mas con sus problemas y las que se ocupan de los mismos, con un horizonte cultural más amplio, mas real, no viven de rodillas si no de pie, intentan vivir la vida con plenitud, creciendo a diario y disfrutando de la simpleza que nos regala día a día.
Me dirán, no todos somos iguales y los sé, las realidades son distintas, cada ser humano es una isla, un mundo, pero el cambio comienza en uno, no caer en el conformismo y solo quejarnos, la diferencia la hacemos nosotros comenzando en nuestro fuero interno, abriendo nuestras mentes, dejando de ser egoístas…
Me quedo sorprendido de cómo la vida a diario nos da lecciones, pero algunos parecen cegados, anestesiados, por más que uno los hable, los intente despertar, están inmaduros emocional e intelectualmente.
Espero que este escrito sea una pequeña reflexión y sirva para alguien para esos personajes subterráneos, para correr en cierto modo el velo de este teatro que es la vida. Ampliando nuestros horizontes culturales, replanteándonos qué clase de vida queremos y que esa elección depende de nosotros, comienza como un pensamiento que se materializa en nuestra existencia., marcando así la diferencia, haciendo la diferencia…
La vida a veces es dura, ahí radica la diferencia, la sabiduría e inteligencia de cómo interactuamos con la misma…
PREFIERO VIVIR CON ALAS, CON LOS PIES SOBRE LA TIERRA , PERO CON ALAS...
RODRIGO
- Es una locura seguir haciendo siempre lo mismo y esperar resultados diferentes.
ALBERT EINSTEIN
...¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas! ¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes... la de pasarse las noches de un solo vuelo! Después de conocer una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
¿Verdad que no hay diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo? Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.
OLIVERIO GIRONDO
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