domingo, 31 de octubre de 2010

A MI HIJA...


Con su permiso Doña Maria; soy la comagre Eulogia y he llegao desde lejos. De mis pagos ¿Lo recuerda?. Esa provincia bendita por su magia y hermosura .Donde los cerros embriagan con su color y belleza. Donde el cardon, solitario, vigilia siempre el camino.

Donde tejemos los ponchos. Fabricamos nuestras ollas y donde la flor del cardon adorna nuestro sombrero.

Por encargo de su mama, mi comadrita Marta; esa petisa bandida me a dicho: “Anda a Chayar y “Curar” el ranchito de mi hija”, asi que ha traído mi caja pa` cantar algunas coplas y aurita yo me atrevo a presentarme ante Ud.

Pero… ¡Tata Dios!, nunca hi visto un rancho que tenga tuitas sus piezas, una encima del otra… Amalaya que raro y grande había siu su rancho Doña Maria.

Calladita se la tenía, la picara de mi comagre.

Aurita nomás no se, si me alcanzara el sahumerio; los yuyitos; la coca y tuito lo que i traído pa ocasión tan especial. Pero basta de cacareo y comienzo a trabajar.

La verdad es que me mete miedo dentrar en este rancho y dis que tiene un cajón grande con botones y rarezas por donde la genti sube y baja, baja y sube y lo dicen ascensor.

¡Ni loca me hacen dentrar! Pa mi son, son cosa he mandinga.

Gente rara la de estos pagos cordobeses.

Pa hablar lo hacen cantando y viven siempre apurao.

No te convidan ni chicha; ni apis. Dis que no lo conocen que solo toman vino y otras bebidas muy raras.

Que el tiempo, no les alcanza. Van y vienen apuraditos, como ovejitas que buscan en la noche su corral.

Van tuitos amontonados en una cosa de lata que lo dicen colectivo.

Pobrecitos si parecen vacas rumbo al matadero.

Cumplo con mi encargo y ya me estaré yendo. Esta ciudad mete miedo.

Ya le “limpio” Doña Maria, pa que en este su rancho; la buena suerte, salud y platita no falten. Quédese Ud. tranquila que hasta amor le e pediu. La Pacha Mama me escucha y tuito se lo dará. Solo tenga fe y paciencia, todo tiene su tiempo.

Y bueno Doña Maria, despidiéndome estoy. ¡Que corajuda había siu pa vivir de esta manera! Yo no creo estar rigrisando.

Corriendo ando por sus calles al ver tanto auto y gente. Si hasta creída yo estaba que era una manifestación la que andaba.

Quiero irme a encontrar con mi tierra tan amada. Mis ovejas, mis llamitas. Mi arroyito cantarino, que al costao de mi rancho me arrula tuitos los días.

Las gracias yo le estoy dando y disculpe la molestia. Ya le estaré contando a mi comagre, lo que he visto por aquí.

Tenga cuidao y sepa Ud. que siempre la recordamos y mucho la queremos.

Sello este encuentro con un abrazo sincero y será hasta que Tata Dios lo disponga.

Ya me estaba olvidando…tome este ramito de albaca fresca, pa que su perjume le recuerde el pago donde ha naciu y donde siempre esta la gente que nunca la ha de olvidar.


MARTA ALFONSO.

DOCENTE

ARGENTINA - JUJUY

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