domingo, 15 de febrero de 2009

EL HIJO DEL HOMBRE

El hijo del hombre es, sin duda, una de las obras de René Magritte que más repercusión. En ella, el artista yuxtapone imágenes características de su obra: la manzana, la pared y el personaje anónimo con bombín.

Fue pintada originalmente en el año ’64 como un autorretrato y consiste en un hombre, vestido de traje con una corbataa roja, y con el típico sombrero de bombín parado al lado de una pequeña pared que le llega a la cintura, detrás el mar y un nublado cielo. Lo más interesante y llamativo de esta obra de arte es que la cara del hombre en cuestión está completamente tapada por una manzana verde. Él no consideraba que su pintura fuera simbólica aunque en ella rozaba el mundo inexplicable de los sueños.

Muchos aseguran que el nombre hace referencia al actual hombre de negocios siendo el hijo de Adán (de la historia de la creación de Abraham) y la manzana representa la tentación con la que todos todavía debemos enfrentarnos en el mundo moderno.

Muchas veces, esta pintura es confundida con La Gran Guerra de Fachadas, otra de las obras de Magritte, donde una mujer está –también- de espaldas al mar y a una pequeña pared, con un paraguas y el rostro tapado por una flor.


Sobre la pintura, el gran artista declaró: “Todo lo que estamos viendo esconde otra cosa, nosotros siempre queremos ver lo que está escondido por lo que vemos, pero es imposible. Los humanos esconden sus secretos demasiado bien…”

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